miércoles, 9 de marzo de 2016

"Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel"

"Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel"


En el caso de prisioneras y prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y perseguida.
Reportera FIPU
Entrevista a Liliany Obando, socióloga y exprisionera política, feminista y constructora de paz que nos acompaña a realizar un análisis sobre el sistema carcelario en Colombia, desde el enfoque de género, especialmente de las personas que han sido encerradas por rebelión y demás delitos relacionados con el conflicto armado, en otras palabras, prisioneros de “conciencia”, incluso de personas que jamás han tomado las armas para oponerse al Estado.
Liliany se parece mucho a Ángela Davis, y no me refiero a su color de piel –Liliany desciende de indígenas y Ángela de los africanos– sino a su historia, en carne propia tuvieron que enfrentar el castigo de las rejas por pensar diferente y expresarlo.
“Ángela Davis fue encarcelada allá por los inicios de la década de los 70. Su participación activa en el movimiento de liberación negro, sus ideales comunistas y su apoyo activo a los prisioneros políticos de aquella época, sobre todo los de origen afro-estadounidense, la llevaron a experimentar en carne propia las arbitrariedades e injusticias del sistema carcelario. Las dimensiones personal y política de estos sucesos quedaron plasmadas en su autobiografía (Angela Davis: An Autobiography . Nueva York: International Publishers, 1988[1974]). Sin embargo, no fue sino hasta tiempos más recientes que sus ideas más consolidadas en torno a las injusticias que ampara el sistema carcelario han cobrado mayor resonancia. El mensaje de Davis es claro y categórico: las prisiones representan un método eficiente del estado y las grandes corporaciones capitalistas para perpetuar el racismo, el despojo material y la criminalización de la miseria que afectan desproporcionadamente a los segmentos más vulnerables de la sociedad".[1]
Estamos en la Universidad Nacional, el espacio que ella eligió para la entrevista, su espacio de sueños y libertades, de un pensamiento crítico y de construcción de ciudadanía: la academia.
Pensamos en una sección de fotos en los sitios que para ella son emblemáticos e importantes, como la facultad de Sociología tan estigmatizada y perseguida. Me regala un ramo de flores, y es ella quien me invita el café.
¿Liliany, cómo se puede vivir un proceso de paz o una ratificación de acuerdos de fin de una confrontación armada para las personas que están en prisión?
Liliany Obando: Pues mire, el proceso de paz obviamente es una oportunidad única para muchos espacios de las luchas sociales, de la vida social de los conflictos que se viven en nuestro país.
Las personas privadas de la libertad no están ajenas a lo que pueda incidir positivamente ese proceso de paz en sus vidas. En Colombia la realidad penitenciaria y carcelaria es bastante deshumanizante, la cárcel no cumple con los supuestos objetivos de la socialización que debe cumplir, en el caso de las personas privadas de la libertad por circunstancias de tipo social, de la inclusión social, de la pobreza, el hambre, de la exclusión que es lo que sufren casi siempre las personas que encuentras tú en la cárcel.
¿La cárcel está llena de pobres?
Liliany Obando: La cárcel está llena de gente del pueblo y las cárceles, tal cual están pensadas y diseñadas en Colombia, siguen modelos de tortura tipo Guantánamo. Por ejemplo, la cárcel La Tramacúa, aquí en Valledupar, es el Guantánamo de los colombianos, por eso también estamos haciendo una campaña fuerte por el cierre de La Tramacúa; no es posible que haya cárceles donde se tortura gente. Nada en el sistema penitenciario y carcelario será positivo si no va a cumplir de verdad con una labor resocializadora.
¿Todos los presos políticos tomaron armas?
Liliany Obando: En el caso de prisioneras y prisioneros políticos, que son muchos los que existen en este país, en razón del conflicto, no necesariamente esas personas son alzadas en armas, porque ahí está la gente del movimiento social que ha sido criminalizada en el país y perseguida. En Colombia se ha configurado el delito de opinión contra los académicos, los estudiantes, los defensores y defensoras de derechos humanos, líderes campesinos, afros, indígenas.
¿Cómo se acordó en La Habana para que se incluyera a los presos políticos?
Liliany Obando: En este país, en sus tantas guerras que ha vivido en su historia siempre ha habido procesos de amnistías e indultos y no hay ningún proceso de paz que no termine con amnistía e indulto, porque existen presos políticos, así lo hayan negado siempre los gobernantes y las instituciones.
En la época de Uribe, les dio el vuelco y terminaron siendo terroristas, lo cual no corresponde con ninguna categoría que se maneje en el Derecho Internacional o en los Derechos Humanos dentro del conflicto colombiano. Entonces, obviamente, en este proceso de paz se está hablando de amnistías e indultos y afortunadamente se ha firmado ya un acuerdo que existe en borrador, pero ya es un acuerdo pactado entre las partes y crea El Sistema Integral de Justicia, Verdad, Reparación y No Repetición, porque se ha dicho ya que el centro son las víctimas.
Dentro de ese sistema también está pensada una Jurisdicción Especial de Paz donde hay una sala especial para tratar el tema de amnistías e indultos, que sólo tienen que ver ahí con el tema de prisioneros y prisioneras políticos.
Las personas que no han cometido crímenes de guerra, ni graves delitos de lesa humanidad, pues no están permitidos de acuerdo a la legislación nacional de los derechos humanos, podrían ser beneficiarios de estas amnistías e indultos, y lo importante aquí en el caso es que no solo cobijaría a las guerrilleras y guerrilleros sino que está pensado de una manera amplia, porque el conflicto terminó degenerando todo y por eso hay un montón de gente en las cárceles que no ha sido alzada en armas, pero son presas, presos políticos.
La salida también sería para ellas y ellos: los líderes campesinos que en el marco de una protesta campesina terminaron en la cárcel, también serían beneficiarios de las amnistías, esos muchachos estudiantes que fueron también vinculados y criminalizados por la protesta estudiantil, que también sean amnistiados, y eso no implica que ellos se reconozcan como miembros de fuerza insurgente; que eso es lo que a veces la gente no lo tiene claro y piensa que eso significa un reconocimiento automático, no. Lo que pasa es que, pues, en el marco del proceso se han tenido en cuenta esas complejidades y han querido tener como la amplitud.
Creo que más que generosidad es un acto de reconocimiento, que a lo largo el conflicto hizo que haya mucha gente en la cárcel y que lo justo es que la gente que está por esas razones sea beneficiaria de una amplia amnistía. Yo creo que es una oportunidad única y que los líderes sociales no piensen “yo no salgo por amnistía porque eso significa que me asimilo a la insurgencia”, sería un error porque sería quedarse usted en la cárcel y esa oportunidad cuándo vuelve a pasar en este país.
Veremos que esta vez las colombianas y colombianos tengamos buen cierre del conflicto y no estemos dejando puertas abiertas para futuros enfrentamientos armados. Ya sabemos que es lo que trae para el país, entonces yo creo que el proceso de paz si tiene un efecto positivo en la población carcelaria.
¿Cómo te piensas cuando se firmen los acuerdos?, ¿cuándo se ratifiquen, cómo piensas seguir trabajando?
Liliany Obando: Yo pienso que ojalá lleguemos prontamente a la firma del proceso de paz con las FARC, pero que también se dé con las otras guerrillas que faltan. También estoy consciente de que una cosa es la firma de un acuerdo y otra es la paz en sí, y que tenemos que construirla entre todas y todos, creo que ahí vamos a jugar un papel todas las personas que estamos interesadas en que éste sea un país con justicia social.

Una frase: "Sería imperdonable que un proceso de paz no atravesara la realidad de la cárcel".

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